martes, 16 de noviembre de 2010

lunes, 8 de noviembre de 2010

Libros del futuro*

Los e-readers se están imponiendo: permiten pasar páginas y llevar en la mano una biblioteca completa

Por María Gabriela Ensinck Para LA NACION

Si la biblioteca de Babel que imaginó Jorge Luis Borges existiera, sería digital. Sus infinitas galerías hexagonales estarían pobladas de bits, y el sueño de tener todos los libros sería posible a través de la pantalla. Hay múltiples indicios de que vamos en esa dirección: el consumo de libros electrónicos (e-books) ha crecido sostenidamente en los últimos cinco años, y en diciembre de 2009 por primera vez, la tienda de comercio electrónico Amazon vendió más ejemplares en formato digital que en papel.

La tendencia se afianzó este año, impulsada por distintos factores. Entre otros, el lanzamiento de nuevos modelos y el abaratamiento de los dispositivos de lectura electrónica (e-readers), el acceso de una nueva generación de los así llamados "nativos digitales" a la lectura, los planes de entrega de netbooks a los alumnos de escuelas primarias y secundarias, los cambios en el consumo cultural y la preferencia por leer durante los viajes de la casa al lugar de estudio o trabajo y en tiempos muertos fuera del hogar.

Incluso el modo de leer ha cambiado: la lectura se convierte en multimediática

Los nuevos libros en formato digital ofrecen animaciones y videos, transforman el texto escrito en texto leído, permiten hacer anotaciones electrónicas, interactuar con los autores para elegir el final de la historia y compartir comentarios con otros lectores en línea. Hay, incluso, libros en papel para interactuar con la pantalla a través de lo que se llama "realidad aumentada". Son libros impresos con códigos bidimensionales o de barras. Al acercarlos a la computadora, se activan imágenes, videos, audios y todo tipo de información complementaria sobre los personajes de la historia


Pero el ingreso de las editoriales en la era digital todavía es lento. Roberto Igarza, profesor de la Universidad Austral y autor de la investigación E-books, hacia una estrategia digital del sector editorial , realizada a pedido de la Cámara Argentina del Libro, sostiene: "El pasaje de productor de libros impresos a productor de contenidos para múltiples canales de distribución o tecnologías de impresión bajo demanda es el mayor desafío que enfrentará la industria editorial en los próximos años".
Nuevas lecturas, nuevos soportes

El impacto de la digitalización en las formas de consumo y el modelo de negocios editorial puede ser tan disruptivo como el que afectó a las discográficas. En el mundo de la música, ya no se venden discos, sino canciones sueltas, que, en el mejor de los casos, se compran en tiendas on-line , o que directamente se bajan o se escuchan en línea ( streaming ) sin pagar un peso.

Las editoriales de libros han cifrado sus esperanzas de subsistencia en los e-readers , como el Kindle, de Amazon, o el iPad, de Apple. Esperan que -como lo hizo el iPhone en la industria de la música- estos dispositivos de lectura logren que los consumidores abonen un precio mínimo para leer en sus pantallas libros, revistas y diarios a los que hoy acceden gratuitamente a través de Internet.

Los lectores de libros digitales ( e-readers ) son dispositivos electrónicos de 18 x 12 cm y apenas uno o dos centímetros de espesor: el tamaño de un libro estándar. Son muy livianos, entre 220 y 450 gramos, frente a poco más de un kilo que pesan las netbooks . Sus pantallas antirreflejo permiten leer desde cualquier ángulo, aun a la luz del sol. Hay, básicamente, dos clases de pantallas: las de papel digital, más adecuadas para leer textos, y las de LCD, óptimas para ver animaciones y videos.

En general, estos dispositivos permiten hacer muchas más cosas que leer textos. Con ellos se puede navegar por Internet, acceder al e-mail y las redes sociales, mirar videos y escuchar música. Pueden conectarse a Internet a través de la banda ancha inalámbrica (Wi-Fi) o de las redes de telefonía móvil. Todos buscan una experiencia de lectura similar a la de un libro de papel: se pueden pasar las páginas con el dedo. También es posible subrayar y escribir notas al margen. Los hay con sistema de distribución cerrado (sólo permiten bajar los contenidos de una plataforma en un solo tipo de formato, como el Kindle, de Amazon), o abierto, que permiten descargar todo tipo de formatos desde cualquier plataforma de distribución de contenidos (iPad, Sony Reader).

Un libro, todos los libros

En la historia del libro electrónico, el primer paso lo dio Amazon, la tienda on-line de Jeff Bezos. Su lector Kindle ya suma tres versiones y tenía hasta mediados de 2010 el 60% del mercado de e-readers . Aunque no está disponible en el país, los consumidores argentinos pueden adquirirlo a través de Internet (o pedírselo a un amigo que viaje). Su precio bajó de 279 a 259 dólares apenas dos semanas después de su lanzamiento, en octubre de 2009. En junio de este año, el precio se redujo a 189 dólares. Con esto se dispararon las ventas, no sólo de los dispositivos, sino de los libros en soporte digital. El precio de cada uno de ellos en Amazon ronda los 10 dólares (un 20% más económico que el libro impreso).

La primera en reaccionar fue la tradicional librería Barnes & Noble, que el año pasado presentó su propio e-reader . Se trata del Nook, basado en Android, el sistema operativo de Google para teléfonos y dispositivos móviles. Después, las compañías tecnológicas no quisieron quedarse atrás de los libreros. La japonesa Sony arremetió con su Sony Reader, que, a diferencia de los anteriores, se conecta a Internet a través de la red de telefonía movil 3G. Tiene tres versiones: Touch Edition, Pocket y Daily Edition. Su costo actual es de alrededor de 200 dólares. Siguió Samsung, con el Papyrus, cuya primera versión, lanzada a mediados de 2009 en Corea, requería descargar los libros digitales desde una computadora, ya que no tenía conexión inalámbrica a Internet. En tanto, las fabricantes de celulares Nokia y LG estan desarrollando dispositivos que permiten la lectura de libros electrónicos.

Pero, sin duda, la novedad que sacudió los estantes de las librerías digitales fue el iPad, de Apple. Se presentó en Estados Unidos a principios de abril y llegó a la Argentina a mediados de septiembre. Su pantalla multitáctil (se puede manejar con dos dedos a la vez) tiene 9,7 pulgadas y una batería con 10 horas de autonomía.

Similar en apariencia al iPod Touch, que se utiliza para escuchar música, aunque más grande, "el Ipad captó el interés de un público más adulto", señala Héctor Goldin, titular de Maxim Software, distribuidora de los productos Apple en la Argentina. Probablemente esto se deba a la posibilidad de utilizarlo para la lectura de libros electrónicos, diarios y revistas. El éxito comercial de este dispositivo (se vendieron más de 500.000 unidades el día del lanzamiento) produjo un fenómeno singular en la industria. Las tecnológicas competidoras comenzaron a producir o desempolvaron sus propias versiones de computadoras "tablet" (sin tapa y con el teclado incorporado en la pantalla).
La revolución ya empezó

Como era de esperarse en un mundo globalizado, todos los dispositivos de lectura digital están presentes en la Argentina. Mejor dicho, en las manos de quienes pueden adquirirlos, ya sea en comercios locales, a través de Internet o trayéndolos del exterior.

Por ahora, su costo aquí es más alto que en los países centrales. El iPad, por caso, se vende en el país a un precio entre un 40 y un 60 por ciento más caro que en Estados Unidos. "Ese es uno de los motivos por los que la adopción de los e-readers será lenta -vaticina el analista del mercado tecnológico Alejandro Prince-. Aún es un juguete para trendsetters (marcadores de tendencias), para adoptantes tempranos de nuevas tecnologías y también para algunos verdaderos y asiduos lectores. Pero todavía son un grupo poco numeroso."

Otra de las barreras para una rápida generalización de la lectura digital es el idioma. Por el momento, la cantidad de textos disponibles en castellano es considerablemente menor a la existente en inglés. En este sentido, las editoriales y los desarrolladores argentinos tienen una gran oportunidad en la producción de contenidos y aplicaciones digitales.

Por otra parte, los e-readers conviven con otras pantallas no específicas, como las notebooks y las netbooks . "Hay una tendencia muy marcada hacia la movilidad y la convergencia digital de dispositivos y contenidos, que se refleja en un crecimiento sin precedentes en las ventas de computadoras digitales", dice Prince. "Este año se venderán 2,7 millones de PC en el país, la mitad de ellas portátiles en sus diferentes formatos", destaca.

Igarza coincide con este diagnóstico. La introducción masiva de netbooks en el ámbito escolar (el programa Conectar Igualdad tiene previsto llegar a tres millones de equipos) será el gran impulsor de la lectura en formato digital.

Por otra parte, el avance de la telefonía móvil, con equipos cada vez más sofisticados y pantallas cada vez más grandes, está alimentando una tendencia tan vertiginosa como imprevista: la proliferación de libros para el celular. Aplicaciones para leer libros en el iPhone, como Stanza (http://www.stanza.com/), ya registraron más de medio millón de descargas.

En tanto, "la expansión de las conexiones de banda ancha inalámbrica (Wi-Fi) o de banda ancha móvil para las computadoras portátiles y la proliferación de celulares con acceso a Internet (hoy son un 10% de las casi 40 millones de líneas en uso) serán otro factor de desarrollo", se entusiasma Prince. Sin embargo, a la hora de vincular un mayor acceso a la tecnología con un aumento de la lectura, el consultor es cauteloso. "El contenido que impera en esta era y en estos dispositivos y formatos es el audiovisual. Si los libros tradicionales, manuales de lectura del colegio, historias y cuentos clásicos se adaptan a esta estética y códigos, podremos ver un florecimiento de la ´lectura´, pero habrá que decidir si siguen siendo libros o si son algo nuevo".
Escritores, libreros... ¡y Google!

La digitalización trajo cambios en las formas de crear textos, de editarlos, de leerlos y venderlos. Y sobre todo, sumó nuevos jugadores al ya complejo negocio editorial. El menos esperado (y más temido) es Google, con su proyecto de facilitar el acceso remoto a la mayor cantidad de libros posible.

En una primera etapa, el buscador comenzó a digitalizar todos los títulos de las bibliotecas que estuvieran libres de derecho de autor, para su consulta en la Red en forma gratuita. Luego se propuso alcanzar acuerdos con las editoriales y los libreros para lograr una "previsualización" de parte de la obra.

El proyecto despertó recelo por parte de autores, editores y libreros, y acusaciones de monopolio y de vulneración del copyright. Pero mientras estas controversias se dirimen en la justicia, el buscador va por más: con su proyecto "Google Editions" permitirá a los lectores comprar el ejemplar digital. Una vez abonado, el texto quedará disponible en una suerte de "estante digital" ( Online Bookshelf ) al que el usuario podrá acceder desde cualquier computadora conectada a Internet, cuantas veces lo desee.

Las grandes editoriales ya se han puesto en guardia frente a la digitalización, y ensayan sus estrategias. Los tres mayores grupos editores de libros en español -Santillana, Planeta y Mondadori- crearon su propia plataforma editorial para negociar los derechos electrónicos de cada uno de sus títulos y defender su venta a través de las librerías, mediante códigos de descarga.

Según Igarza, "la creación de una plataforma colectiva capaz de almacenar, promocionar y distribuir contenidos digitales para la más amplia gama posible de consumo sería una alternativa aplicable a las más de 500 editoriales y librerías independientes que funcionan en la Argentina". (ver recuadro: Editoriales independientes?)

Los analistas del sector editorial coinciden en señalar que probablemente, la participación de los e-books no exceda el 30% del mercado en la próxima década, con diferencias notables entre segmentos sociales, subsectores (infantil, universitario) y géneros (ficción, no ficción). En nuestro país, sólo el cinco por ciento de los libros producidos en 2009 tuvo un soporte distinto del papel y, a su vez, sólo el 12,6% de esa pequeña porción correspondió a libros digitales. No obstante, los editores argentinos deben ir pensando modelos de negocios que contemplen la lectura digital.

Apocalípticos vs. integrados

Como toda tecnología reciente, el libro electrónico y los dispositivos de lectura ad hoc despiertan entusiasmo y resquemores por igual. El semiólogo y escritor italiano Umberto Eco sostiene, en Nadie acabará con los libros (editado por Lumen en papel): "Como la rueda y la cuchara, el libro nunca morirá". El autor de El nombre de la rosa recuerda, con ironía, que se han podido recuperar manuscritos de más de dos mil años y que, sin embargo, él no tiene un original de su propia novela El péndulo de Foucault , escrita en 1984, porque fue guardado en los ya obsoletos disquetes.

Otro que se anotó en el bando de los defensores del papel es el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. "Siento una desconfianza visceral hacia el libro electrónico, porque temo que banalice la literatura", dijo el autor de La tía Julia y el escribidor .

Pero no todos tienen una visión apocalíptica. Ya hay muchos integrados, que rescatan, sobre todo, la ventaja más obvia de los e-readers : permiten llevar a todos lados una biblioteca completa. A un best seller , escrito para atrapar al lector con el mínimo esfuerzo, un e-reader puede sumarle la comodidad de llevarlo, y poco más. Pero cuando se quiere estudiar y analizar un texto, marcarlo, compararlo con otros en Internet y consultar información audiovisual conexa, los e-readers habilitan una lectura contextualizada. Esto es: permiten analizar los antecedentes y las consecuencias de un texto y enriquecerlo con opiniones diversas. A diferencia del libro en papel, que es un vehículo cultural exclusivamente de ida, el libro electrónico permite al lector interactuar con otros lectores a través de foros temáticos, grupos web y redes sociales.
Durante algún tiempo más, los libros en papel convivirán con los de formato digital, y en algún momento tal vez se muden definitivamente a la pantalla. Lo que jamás desaparecerá es la emoción de leer una buena historia.

LAS EDITORIALES INDEPENDIENTES ANTE LA OLA DE LA DIGITALIZACIÓN

Las editoriales independientes argentinas están delineando alternativas y nuevos modelos de negocios a la luz de la digitalización. Algunas de ellas fueron esbozadas durante la Conferencia Editorial 2010 que se desarrolló del 9 al 10 de septiembre en el Centro Metropolitano de Diseño de Buenos Aires. Teseo (http://www.editorialteseo.com/) fue una de las editoriales presentes en este encuentro organizado por el Ministerio de Desarrollo Económico porteño. Su particularidad es que todo su catálogo está digitalizado, y comercializa los ejemplares electrónicos o en papel "bajo demanda", aunque no desde su página web sino a través de librerías. "Con esto evitamos el sobrestock y los agotados, porque cada libro se imprime o se descarga cuando el lector lo pide", dice Octavio Kulez, titular de esta editorial, especializada en textos de investigación y divulgación en Humanidades y Ciencias Sociales.

Constanza Brunett, de la editorial Marea (http://www.editorialmarea.com.ar/), señala que está "estudiando la forma de incorporar el formato electrónico al catálogo y evitar la piratería", que es uno de los principales enemigos de la digitalización, sobre todo en la Argentina y otros países de América latina.

Una que se animó a pivotar entre ambos formatos es la editorial de libros infantiles y de arte Manoescrita (http://www.manoescrita.com/), cuyos libros en papel vienen con "realidad aumentada". Es decir, contienen un código que, al ser captado por la videocámara de la computadora, genera en la pantalla una animación que complementa la historia que se está leyendo.

Por su parte, la editorial Moebius (http://www.moebiuseditora.com/) se lanzó este año a producir libros especialmente para la pantalla. Al principio, lo que hizo fue adaptar sus libros de cómics al formato digital, agregándoles música y videos. Hoy, los textos contienen animaciones que se activan con sólo pulsar la pantalla con el dedo y permiten dejar comentarios para el autor u otros lectores.

EL ABC DE LOS E-READERS

Los lectores de libros digitales ( e-readers ) son dispositivos electrónicos de 18 x 12 cm y apenas uno o dos cm de espesor (el tamaño de un libro estándar). Son muy livianos (entre 220 y 450 gramos, frente a poco más de un kilo que pesan las netbooks).

Sus pantallas están dotadas de una tecnología antirreflejo para poder leer el contenido desde cualquier ángulo, aun bajo la luz solar. Otra de sus ventajas es que permiten agrandar o ajustar el tamaño del texto. Consumen muy poca energía.

En general, permiten hacer muchas más cosas que leer textos: navegar por Internet, acceder al e-mail y las redes sociales, mirar videos y escuchar música. Algunos se conectan a Internet de banda ancha inalámbrica (Wi-Fi) o a las redes de telefonía móvil 3 G. Todos ellos buscan una experiencia de lectura similar a la de un libro objeto. Se puede pasar las páginas con el dedo y hacer marcaciones y anotaciones al margen.

DONDE BAJAR E-BOOKS
Foto: CRISTIAN TURDERA

*(Comparto este texto que llevó al debate y discusión en el Taller de Materiales Educativos el viernes 5/11/10. Es un buen disparador para seguir pensando las nuevas tecnologías y su influencia en las prácticas educativas)

Materiales Educativos

Textos del Taller de Comunicación en la Producción de Materiales Educativos
(Prof. Débora Schneider)

viernes, 15 de octubre de 2010

Programa del Seminario

CARRERA DE ESPECIALIZACIÓN

EN PRÁCTICAS, MEDIOS Y ÁMBITOS EDUCATIVO – COMUNICACIONALES


Taller de nuevas tecnologías de la comunicación en las prácticas educativas

Objetivo:

El objetivo del seminario es interrogarnos sobre las relaciones entre comunicación, nuevas tecnologías y los procesos educativos desde una perspectiva crítica. A lo largo del seminario revisaremos las nociones y problemas clásicos de la comunicación para problematizar la dimensión cultural de los procesos tecnológicos y su relación con la formación de los niños y adolescentes. Consideramos que la cultura mediática en la que viven nuestros alumnos y alumnas determina los espacios de aprendizaje y exige de los educadores una comprensión integral del proceso que supere la brecha tecnológica y la integre críticamente a la dinámica educativa.


Evaluación:
Los alumnos de la especialización deberán entregar un trabajo de fin de curso, que puede consistir en la creación de un blog, sitio web, CD-ROM o cualquier otro contenido multimedial que promueva un salto de calidad en una propuesta educativa en un ámbito específico y ligado a los intereses propios. También será posible realizar un trabajo monográfico sobre algunos de los contenidos del Taller.

Unidades del Programa:
Para una mejor organización de las clases, el Programa tiene cuatro Unidades Temáticas. En cada clase se trabajará con una Unidad en particular y en los días sucesivos los alumnos del Taller podrán seguir su tratamiento por medio de trabajos ad-hoc, intercambio de mensajes de correo con el docente o encuentros en línea, en tiempo real.
Las Unidades están ordenadas de tal manera que podamos comenzar por establecer una base de conocimientos indispensable para los abordajes posteriores; y de acuerdo a lo previsto, al final del curso los alumnos estarán en condiciones de encarar la producción de mensajes multimediales.


Módulo I

Presentación del Taller. Vigencia de los mensajes multimediales en el entorno próximo y cotidiano. Identificación, intención y operabilidad de los mensajes multimediales. Soportes que utilizan. Seccionamiento e identificación de los lenguajes utilizados. Elementos que componen el entorno multimedia.


Módulo II

Nuevos horizontes de enseñanza y aprendizaje en el marco de la web 2.0.

La alfabetización digital como problema y como plataforma de una nueva cultura.

La construcción colectiva del saber en el siglo XXI.

Módulo III

Experiencias. Campus virtuales.

Propuestas educativas en las redes sociales.

Recursos, posibilidades y limitaciones. Análisis de casos.


Módulo IV

¿Cómo transformar la información en conocimiento?

Desafíos a la función docente, conectividad y usos de las Tics.

La cultura digital en la escuela y fuera de la escuela.

¿Podremos formar ciudadanos para el siglo XXI?

Bibliografía:

Jorge Huergo: Los medios y tecnologías en educación

David Buckingham: Educación en medios. Alfabetización, aprendizaje y cultura contemporánea

Pablo Hernández y Glenn Postolski: ¿Ser digital? El dilema de la televisión digital terrestre en América Latina

Hugo Pardo Kuklinski y Cristóbal Cobo Romaní. Planeta Web 2.0 (Cap. I; Cap. V)

Albarracín, S.: Elementos del entorno multimedia. Material de cátedra Taller de Producción de Mensajes. Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Mimeo.

Sartori, G.: Homo Videns. La sociedad teledirigida. Ed. Taurus. Madrid, 1998.

Negroponte, N.: Ser digital. Ed. Atlántida. Buenos Aires, 1995.

Vaughan, T.: Todo el poder de multimedia. Ed. McGraw-Hill. 2a. Ed. México, 1994.

Cebrián, J.L.: La Red. Ed. Taurus. Madrid, 1998.

García Canclini, N.: Comunicación y Cultura. Entre lo global y lo local. Ed. De Periodismo y Comunicación. La Plata, 1998.

martes, 21 de septiembre de 2010

Intercambio educativo de alumnos platenses y belgas

Comparto con ustedes la noticia sobre la experiencia de intercambio educativo que cité en la clase el día viernes.

http://www.eldia.com.ar/edis/20100820/educacion0.htm

Más allá de la experiencia, sumamente valiosa en términos educativos, me gustaría rescatar dos cuestiones que tienen que ver con los desafíos y/o posibilidades que nos brinda el flujo de la información y el saber canalizarla, redirigirla desde nuestro lugar:

* Nace desde el interior del sistema, una información, una inquietud, una voluntad hacer.

* Comienza con el mínimo soporte tecnológico presente hoy en día que es el correo electrónico. Es decir, es fácil hacer cuando se tiene montada una infraestructura, un equipamiento acorde. En este caso el dar comienzo al intercambio con un simple e-mail, llevó a realizar una videoconferencia.

Felicito a los gestores de este intercambio.

Leticia

De la Globalización a la Sociedad el Conocimiento

Bloguistas de Desheredados de Tic :

Como una cosa lleva a la otra, viendo el video del Prof. Santiago encontré el Módulo 3 y me pareció interesante.
(lo copio así puesto que no tengo las posibilidades en este momento de bajarlo)

Creo que existe un grado de compromiso desde nuestro lugar (laboral, docente, sociedad, estado) de acercar, desmistificar, de desendemoniar (opinión personal) a las tic en nuestra vida cotidiana. No por ser indispensables o imprescindibles, sino porque están, conviven con nosotros y no hay nada peor que negar su presencia y utilidad.

No dudo que estamos en un lugar privilegiado para poder "generar condiciones estructurales para que esos sectores sociales marginados, que esos deben ser nuestro principal foco de pensamiento, lleguen a esta sociedad con competencias que le permitan utilizar.... este bagaje, estas potencialidades que nos dan las tecnologías..." (Glenn.P.)

Ya sea acompañando, comprometiendo, asumiendo que el estado cumple un papel indiscutido en la creación de espacios donde se logre un acercamiento de las tic (Emilia estoy aprendiendo), a los sectores más desfavorecidos o menos escuchados, o menos visibles, o hasta desinteresados.

Bueno, me pareció interesante compartir el video porque en su última parte habla acerca de uno de los temas discutidos en la clase.


Perdón a los comunicadores y prof. en Letras por mi redacción, ... pero todo se aprende.

Vermouth con papas fritas y good show para todos...

Leticia